viernes, 3 de octubre de 2008

Clásicos futuros


Hoy en día parece que se impone ante todo la experiencia periodística del autor, porque lo que importa no es tanto el estilo, ni la manera de contar algo, como la capacidad para aportar datos al lector y contarle una trama sin florituras ni miramientos. Tengo para mí que eso no es literatura, sino folletón, y que el periodista, acostumbrado a contar simple y llanamente lo que pasa nunca será un verdadero escritor, o su obra nunca será una verdadera obra literaria. Desde luego, eso no parece importale a nadie, y a las editoriales mucho menos. no es raro que te digan, cuando hablas de la posible calidad literaria de un texto, que ellos no se dedican a eso, que a la literatura se dedica Fulano, o Mengano, casi siempre personajes marginales con publicaciones de tirada microscópica.Hoy, parece ser, se publican los clásicos de antaño para que ama las letras y un montón de historias de todo tipo para el que busca entretenimiento. El libro es, como nunca lo ha sido, una forma más de circo, y queda a la habilidad del autor colocar de vez en cuando, en alguna parte, una idea convenientemente disfrazada de trama para que el lector no la olvide, o no la sale, en busca del siguiente diálogo.Los arqueólogos literarios del futuro, los que bucearán en los millones de títulospubloicados en este último siglo, tienen trabajo para eras geológicas enteras en busca de los clásicos recién descubiertos del mañana.Porque de algo podéis estar seguros: los que serán aplaudidos reeditados dentro de doscientos años no son los que aplaudimos nosotros. Eso pasó siempre. O casi

No hay comentarios: