domingo, 27 de septiembre de 2009

la trama chunga


Uno de los peores dolores que puedes encontrar cuando planificas una novela es que la trama sea previsible, y otro, peor aún, que no encaje.

En cuanto a lo primero, propongo siempre evitar aquellas salidas argumentales en las que el personaje cambia de pronto de parecer, y haciendo algo extraordianrio, que no haría otro día, resuelve la novela. Eso es un fraude: cada personaje nace para hacer en todo momento lo que tiene que hacer, y utilizar una conducta imprevista de un personaje es como hacer que se baje un marine de un helicóptero para resolver una pelea conyugal.
La naturaleza de los personajes debe ser inmutable o se debe observar su metamosrfosis psicológíca, porque en caso contrario tenemos que todos son comodines, y así cualquiera compone un poker. Al lector se le puede engañar, pero no se le puede hacer pasare por tonto.

En cuanto al encaje, no hay nada más duro que comprobar que el autor no se ha leído la novela. Si el autor no se la lee, o no se entera de lo que pasa, ¿por qué le iba a leer otra persona?

Insisto más profundamente sobre este tema en otro momento, proque me parece clave. Y me preocupa.